Hay que replantearse los procedimientos analíticos estructurales basados en el tratamiento de la columna cervical. Diversos estudios han evidenciado una disminución de la sensación del dolor tras aplicar una técnica de movilización tanto, en el lado contralateral donde el paciente refiere el dolor, como en niveles segmentarios vertebrales superiores e inferiores disfuncionales. También se ha observado una disminución del dolor tras la aplicación de una técnica de manipulación (HVLA) en la columna dorsal. “¿POR QUÉ?” Esto quiere decir que además de que el daño puede no estar en los tejidos y como ya sabemos, el dolor es una interpretación del cerebro, el sistema nervioso es el encargado de transportar las señales procedentes de los tejidos para producir dolor. El sistema nervioso debería de ser el principal objetivo en cuanto al tratamiento del dolor. También hay que tener en cuenta, por supuesto, detener o disminuir las aferencias nociceptivas de los tejidos periféricos somáticos, pero al fin y al cabo el cuerpo posee la extraordinaria capacidad de proceso de curación natural por si mismo y la fisioterapia no hace milagros en este aspecto. “PUES A MI ME FUNCIONA”. El cuerpo humano no es la suma de diferentes estructuras, donde cada una de ellas tiene una función, sino más bien es la integración de dichas estructuras para realizar una función. Por lo tanto, sería difícil de explicar que “recolocando” o “arreglando” una estructura, el dolor desaparezca, porque la integración de dichas estructuras supone una alteración en todo el sistema. Esto no quiere decir que no podamos disminuir el dolor, si no que tendemos a hacer suposiciones postintervención erróneas. Cuando en un momento determinado abordamos una articulación y el paciente mejora, atribuimos esa mejoría a que el problema estaba en esa estructura. Realmente cuando tratamos una articulación estamos induciendo la activación/inhibición de distintos sistemas neuroinmunes, aunque actualmente la evidencia científica no es capaz de explicar de un modo certero como se producen, estos mecanismos neurofisiológicos están implícitos desde el momento que hacemos el llamado y conocido “hands on”, el contacto manual en la piel. “IGNORAMOS LA EVIDENCIA CIENTIFICA”. Vamos un poco al tema en cuestión con un ejemplo neuroanatómico en la columna cervical, y el porqué de esta entrada ya lo dejo en vuestras manos, nunca mejor dicho. Pocas veces se ha oído hablar sobre el nervio meníngeo recurrente, de hecho, durante toda la carrera dudo que hayas escuchado a un profesor citar esta estructura, a no ser que hayas tenido la suerte, como algunos de mis compañeros y yo, de tener un profesor cuyo objetivo es enseñarte a aprender. Pues como nosotros hemos tenido esa suerte, ahora voy a compartirlo con vosotros, y al menos, intentar despertar el interés, como sucedió con nosotros, no solo sobre esta interesante estructura, si no para comprender muchos de los procesos dolorosos que podemos observar en clínica desde la neuroanatomía. Está claro que esto es una opinión personal y es el conjunto de todo lo que vamos aprendiendo y reflexionando, ni más ni menos. En ningún momento me he basado en citas bibliográficas exactas (a excepción del libro de Rafael Torres Cueco La columna cervical: evaluación clínica y aproximaciones terapéuticas tomo I). EL Nervio meníngeo recurrente resulta de la unión de dos a seis filetes de nervios que se introducen en el foramen intervertebral. Nada más entrar en el canal central, forman un denso plexo posterior, que se distribuye ampliamente acompañando al ligamento longitudinal posterior (LLP). Groen y cols. demostraron que este nervio podría ascender y descender hasta cuatro segmentos vertebrales así como cruzar la línea media. Esta distribución hace que la identificación de los patrones de dolor generados por las estructuras inervadas por este nervio será extremadamente compleja. Las estructuras inervadas por el nervio meníngeo recurrente son:
Parece contradictorio… ¿no? Por qué digo que habría que eliminar esos pensamientos analíticos y luego explico una estructura… creo que es importante hacer un análisis y conocer bien las estructuras (somos fisioterapeutas). No he dicho lo contrario, pero no hay que basarse simplemente en el tratamiento de las mismas, si no en la integración de todo el sistema. Deberíamos ser conscientes de que estamos tratando el sistema nervioso continuamente a través de los tejidos somáticos. Hay que recordar que sin cerebro no hay dolor “no brain, no pain”, y que “el a mí me funciona” no es una herramienta terapéutica. En el caso de que a ti te funcione ¡cuantifícalo!, y si es reproducible y realmente funciona, podremos implementarla en nuestra caja de herramientas fisioterapéuticas, por el bien de nuestros pacientes.
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AutorGurdiel F. Archivos
Diciembre 2017
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